Para bell hooks el feminismo, para ser antipatriarcal, debe ser antirracista. Es así que criticó con agudeza la concepción de un feminismo blanco y clasista, que no contempla como parte de su problemática las realidades de las mujeres obreras o negras. Ni siquiera, a veces, de las blancas empobrecidas. Asimismo, bell hooks consideró importante la construcción de nuevas masculinidades, en las que los hombres no deban someterse a su rol de opresores para tener un valor en la sociedad y la familia. Es decir, bell hooks proponía que los hombres comprendan que tienen valor y pueden ser amados sin tener que ser parte de los estereotipos impuestos por el patriarcado.
Gloria Jean Watkins, que tomó el nombre de bell hooks —sí, siempre en minúsculas— deja un legado de más de 30 libros publicados y traducidos a distintos idiomas.
