Marx señalaba a finales de 1843 y principios de 1844, en su Introducción para la crítica de la filosofía del derecho de Hegel, que la “crítica de la religión” es la premisa esencial para toda crítica, no es de esperar entonces que la ya moderna sociedad burguesa posea rasgos y connotaciones esenciales y visiblemente religiosas que Marx, de una u otra manera, intentó develar críticamente. La respuesta a la pregunta que acompaña esta introducción sin duda comienza a tomar forma, se verá pues, cuáles son esas analogías y equivalencias entre la “crítica de la religión” y la “crítica de la economía política”, o bien, entre el antaño “fetichismo religioso” y el moderno “fetichismo de la mercancía”, entre el encantado viejo mundo y el desencantamiento del mundo moderno donde impera el fetiche económico.
