Un fantasma recorre cada una de las páginas de este libro. Es el fantasma obstinado del Che. Pero no se trata de un fantasma habitado por respuestas deterministas, tampoco por sentencias definitivas que pretendan clausurar cualquier debate. Por el contrario, el fantasma de Guevara se especializa en lo contrario: aguijonea allí donde puede sembrar una discusión, incómoda todos los axiomas que parecen caerse del árbol seco del dogma y el pensamiento mecanicista, abre la cancha y propone repensar variables atadas al contexto histórico de cada nueva experiencia revolucionaria.
FINLANDI/ARG
2017
222