Es un estudio de la historia de la antigua catedral, edificio desaparecido después de un incendio ocurrido a fines del siglo XVIII. Enfocado desde la perspectiva de la historia social del arte, este trabajo busca esclarecer la relación establecida por la sociedad santiaguina y su templo, entendido este último como símbolo físico y, por ende, estético de la manera en que un grupo social lo percibe a sí mismo e intenta presentarse ante los demás. El libro busca reconocer en la evolución de este templo, la historia de las personas que desde su cotidianidad fueron estableciendo las bases de la identidad urbana de su conciencia sobre sí mismos.