Palestina. Ocupación, colonización, segregación de Itxaso Domínguez de Olazábal publicado por la editorial Catarata, es una lección que nos ayuda a comprender la realidad y actualidad del pueblo palestino. A lo largo de sus siete capítulos, el libro analiza cuestiones clave como el nuevo marco interpretativo para entender la situación actual en la Palestina histórica; la fragmentación del pueblo palestino, consecuencia del sistema de colonización; la evolución y contextualización de los distintos segmentos o campos políticos palestinos; el papel de la sociedad internacional en el “conflicto”; y las nuevas formas de resistencia y contranarrativas palestinas. Por último, el epílogo, obra de Nadia Silhi Chahin, profundiza sobre la libertad de expresión y la solidaridad con Palestina.
El primer capítulo introduce cómo la narrativa etnonacional y etnoreligiosa ha tenido impacto en el “conflicto” palestino-israelí. Esto provoca que se ignoren otros orígenes o explicaciones del mismo. También se analiza el colonialismo de asentamiento que lleva décadas instalándose en la Palestina histórica, y cómo ha derivado en un régimen de apartheid, ya que la negación de la identidad palestina siempre ha estado presente en el discurso oficial israelí. En esta línea, la autora afirma que es evidente que el verdadero objetivo de los Acuerdos de Oslo era que Israel pudiera consolidar su proyecto colonial y aumentar así el control sobre todos los aspectos de la vida de los palestinos.
Por otra parte, es imprescindible saber que el liderazgo palestino está dividido, lo cual plantea el problema de quién representa realmente a los palestinos. Esta fragmentación es fundamentalmente política, dando lugar a diferentes campos políticos que defienden distintas prioridades sobre la causa palestina y también prioridades económicas, de clase, generacional y de género.
A lo largo del segundo capítulo se analiza en profundidad esta fragmentación y la crisis del movimiento nacional palestino.
En los siguientes capítulos, concretamente tercero, cuarto y quinto, la autora analiza cómo esta división ha provocado la existencia de diferentes campos políticos palestinos sometidos a un régimen jurídico diferente dependiendo de su localización geográfica. El tercer capítulo pone énfasis en los palestinos del 67 y distingue entre sus tres realidades: la de Cisjordania, la de Jerusalén y la de la Franja de Gaza. El siguiente se dedica a los palestinos del 48 o los ciudadanos palestinos de Israel. Por último, el quinto capítulo se centra en la diáspora palestina. En este sentido, no hay que olvidar que en 1948 la sociedad internacional consideró la cuestión de Palestina un “problema de refugiados”.