Más allá del golpe y de los golpes por venir... El proceso revolucionario y la contrarrevolución chilena.
Resistir es primero que nada y simplemente no ceder, incluso en las situaciones más comprometidas, incluso si la postura es mala, incluso si estamos sumergidos en una posición de debilidad o de impotencia que puede ser pasajera...
Resistir implica reconocer su debilidad, admitir una correlación de fuerzas desfavorables; pero nunca jamás consentirlas, sin consentir o admitir esa debilidad, sin aceptarla, sin sonreír y sin resignarse.
Podemos ser vencidos -innumerables resistencias admirables lo han sido en el transcurso de la historia- cualquiera haya sido su justicia.