Este libro busca desahogar la anticuada tensión entre el arte y la ciencia, para acercarnos a la naturaleza con asombro por sus formas y colores pero sin distraernos de nuestra tarea principal que es aprender de ella y escuchar su llamado en medio de la crisis climática.
La belleza es placentera y la ilustración botánica es el arte que nos permite ingresar al mundo vegetal desde nuestros sentidos. Pero también se trata de un registro científico que entrega a botánicos y estudiosos representaciones sutiles y precisas que ningún aparato tecnológico logra reproducir.
Una botánica, una ilustradora y una periodista se inspiran en el itinerario realizado por otras mujeres que las influyeron con su sensibilidad y conciencia ambiental.
