La intención de este trabajo reposa en investigar las razones por las cuales el acceso al gobierno, no al poder estatal supone la legitimación del orden existente, de ahí que quienes llegan a ocupar los altos escalones del Estado apenas pueden limitarse a administrar lo existente, introduciendo pequeños cambios casi cosméticos pero sin poder realizar transformaciones estructurales, mas allá del discurso y su propia voluntad. Rechazamos el concepto de "traición" para explicar porqué tantos gobiernos progresistas y de izquierda, en todo el mundo, se limitaron a cumplir con las recomendaciones de los organismos financieros internacionales y a favorecer, cómplices al gran capital.