Ensayo que habla de la paradoja que existe en la trayectoria política de los países latinoamericanos y se refiere a los Estados de la región que, pese a su frágil estructura interna, han mantenido una notable continuidad en el tiempo, sin experimentar fracturas territoriales, aun existiendo enormes conflictos raciales, guerras civiles o internacionales. Este estudio busca verificar las posibilidades de que este curso pueda ser modificado con el auge de movimientos étnicos regionalistas en algunos países del continente. Las conclusiones se fundamentan en el análisis de la experiencia boliviana, en donde estos fenómenos se proyectan con particular intensidad y dramatismo.