En "El desafío y la carga del tiempo histórico", István Mészáros nos muestra que el sistema del capital manifiesta una profunda aversión por la planificación. El resultado es un máximo de despilfarro y destrucción, reforzados por la degradación incesante del trabajo humano, una tasa de utilización decreciente, parasitismo financiero, amenaza creciente de aniquilación nuclear, aumento de la barbarie y aceleración de la catástrofe ecológica planetaria. El socialismo sólo se alcanza a través de una planificación social abarcante. Una revolución que se mueva en forma decisiva en esa dirección se convertirá en históricamente irreversible. Es eso lo que representa el desafío y la carga del tiempo histórico: el surgimiento de una nueva fuerza material a medida que la teoría se apodere de las masas.