Los caminos que recorre el pueblo son siempre una culebrera, siempre distintos y siempre deseosos de alegrías contenidas. Tomar la Escuela no es más que eso, es un recorrido que quisimos iniciar en función de sistematizar nuestras experiencias y hacerlas dialogar con otras en nuestra Patria Grande. Un encuentro que responde a una política prefigurativa y con los pies en nuestros barrios.
La Nueva Educación no es por decreto, es el desarrollo de la conciencia, es el sentido del deber. Desde esta perspectiva nuestra trinchera está definida y hoy es nuestra población. Desde acá, desde la periferia penquista soñamos, sentimos y pensamos otros mundos posibles. Esa es la Nueva Educación, nuestros muros son las mejores pizarras de un aula abierta de identidades en resistencia.